martes, 22 de mayo de 2012

TRANSFORMANDO MI VIDA DEVOCIONAL




Proverbios 2:1-5
“Hijo mío,  si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos;
2  si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia;
3  si llamas a la inteligencia y pides discernimiento;
4  si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido,
5  entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios”.

Algunos creen que conocer y tener intimidad con Dios es “tener un devocional diario”. No quiero que me malinterpreten, yo creo que debemos tener un tiempo diario separado para estar con Él y ser ministrado directamente de su corazón hacia el nuestro; pero, el asunto es que muchos leen y se acercan a la Escritura con:
·         Ansias de querer terminar de leer
·         Sin creer que es la Palabra de Dios
·         Con la misma actitud con la que leen el periódico o
·         como “algo que se tiene que hacer para que no te vaya mal”.

El escritor de Proverbios, por inspiración del Espíritu Santo, es muy claro no sólo en que debemos acercarnos a la Escritura y consejo de Dios; sino también, en cuál debe ser la actitud de nuestro corazón y ser al venir a ella. Él denota 3 características de nuestro “buscar” Su consejo:

1.       ANHELO: Dice que “de corazón” inclinemos, llamemos, pidamos, busquemos, etc. Como si buscáramos un tesoro escondido ¿Cuándo fue la última vez que la leíste con tanta hambre como quien sabe que está apunto de encontrar el tesoro de la revelación?
2.       VALORACIÓN: Si la tenemos que buscar como un tesoro es porque el consejo divino es valioso, más que eso: VITAL. Una y otra vez Proverbios dice que el consejo de Dios es más valioso que las riquezas de este mundo. Normalmente, el afán por lograr las riquezas naturales es la principal excusa para no acercarse a la Escritura: Cuando decimos “no tengo tiempo para tener comunión con Dios” estamos diciendo “hay otras cosas más valiosas”.
3.       ATENCIÓN: “Inclinar nuestro oído” quiere decir “prestar atención por encima de cualquier cosa”. Una cosa es clara: puedes hacer varias cosas a la vez pero NO PUEDES ESTAR TOTALMENTE ATENTO A 2 COSAS A LA VEZ. O inclinas tu oído a un lado o al otro.

Proverbios dice que cuando nos acercamos así, con esta actitud espiritual,  al consejo entonces “comprenderemos el temor (respeto, reverencia, reconocimiento) del Señor y hallaremos el conocimiento de Dios (no información sino conocimiento real de quién es Él)”. En otras palabras, tendremos una perspectiva real de Dios como la persona más real, sobrenatural, poderosa y sabia en todo el universo y disfrutaremos esa realidad en toda área de nuestra vida diaria.

Así que, ponle estas 3 características a tu vida devocional y nota la diferencia: De monótona a VIVA Y EFICAZ.

Proverbios 2:9-11
“Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino;
10  la sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida.
11  La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá”.

miércoles, 9 de mayo de 2012

PARANDO EL ENGAÑO DE LA OFENSA


2 Corintios 2:11 para que Satanás  no saque ventaja alguna sobre nosotros,  pues no ignoramos sus maquinaciones.

Cuando leemos las Epístolas de la Biblia, sabemos que todos ellas tenían un autor y una dirección a alguien específico pero todas ellas tienen un propósito. Quieren decir algo y comunican una Verdad. Ninguna de ellas fue hecha sin propósito, tiene una forma y un porqué. Cada una de ellas trae instrucción, revelación y  corrección a la iglesia.
En la carta a los Corintios habla acerca de que haya orden. En Efesios, está demostrando que la iglesia es el cuerpo de Cristo  ante enseñanzas que llevaban a la gente a pensamientos  de ser simplemente asistentes de la iglesia sin una mayor identidad. A los Gálatas fue escrita para traer corrección y enseñanza contra lo que era la tradición religiosa y la gente que estaba influenciando a los creyentes para que se vuelvan a la tradición judía, sometiéndose a la ley judía y se retomen las costumbres judías.
Cada carta tiene un propósito de enseñanza, ánimo, corrección y defensa a la iglesia.

1 Pedro 5:8 Sed sobrios y velad,  porque vuestro adversario el diablo,  como león rugiente,  anda alrededor buscando a quien devorar.

Hay maquinaciones y artimañas y una intención del diablo a destruir. Debemos tener claro: Tenemos un enemigo.
El diablo no es rojo, ni tiene trinche, cachos y cola. Tampoco vive en el infierno, ni es el supervisor del infierno. El infierno ha sido preparado para el diablo y sus ángeles y es un sitio de castigo. El no administra los castigos. El será castigado ahí. El diablo es un ángel que fue llamado Luzbel y fue el encargado de la alabanza en el cielo, era tan hermoso que al verse así corrompió su corazón al tratar de hacerse igual a Dios. Fue juzgado y expulsado del cielo. El se hizo enemigo de Dios y busca dañar el corazón de Dios. ¿Como lo hace? Dañándote a ti.

Juan 3:16 "De tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en él cree no se pierda,  sino que tenga vida eterna.”

Es ese amor tan grande lo que él quiere dañar. Si algo ataca a tu familia, te puede dañar a ti por el amor que les tienes. Por eso el te daña a ti para dañar el corazón de Dios.
El es un enemigo real. La gran trampa que él ha levantado es que la gente piensen en el con fantasía. Goethe escribió “El Fausto”, donde una persona le vendió su alma al diablo por su obsesión con una mujer y al final el diablo le cobró. La gente se cree esas cosas. A un las pinturas de la edad media hacen que se tenga un imagen distinta a la real como si fuera un personaje imaginado. No pueden creer que exista un ser perverso y que lo único que hay en él es el deseo de hacerte daño.
Así como Dios nunca quebrara su compromiso de amor inmerecido contigo, el diablo te odia de la misma manera, así no te lo merezcas y nunca va ceder.
Así como crees en lo que Jesús hizo por ti en la cruz, la Biblia también nos enseña que tenemos un adversario que tiene maquinaciones, pensamientos perversos acerca de nosotros. El quiere apartarnos de la verdad y destruirnos. El solo tiene un método para actuar. La palabra método significa “un camino”.  Su método se llama EL ENGAÑO.
El engaña a la gente. Para que alguien sea engañado, el engaño tiene que estar cubierto, tiene que estar disfrazado. Ese engaño es como un anzuelo. Tiene una apariencia de verdad, pero que detrás hay muerte, daño, destrucción. Es por eso que debemos estar alertas, velando.
Jesús nos dejo suficiente información para que nosotros sepamos lo que somos para Dios, cuanto nos ama y lo que no ha dado. El diablo te hace ver que “no necesariamente va ser así” o quiere hacer pensar a la gente que una enfermedad es voluntad de Dios. Aun si fuera irreversible Dios sigue diciendo “por Su llaga ustedes han sido curados”.
El engaño viene envuelto, muchas veces tomando un versículo de mala manera. Hay gente que dice que Dios puede dar bien y dar mal y que nos conformemos  con “su voluntad”. Esto nunca es así. El siempre tiene una Buena voluntad hacia las personas. Entonces ¿Por qué pasa lo malo a las personas buenas? Porque no tiene nada que ver con la bondad. Las cosas no pasan porque tengan que ver con la bondad o maldad.
SI bien nuestras acciones siempre traerán resultado, si una persona fuma por años, Dios no lo castiga con enfisema pulmonar, es su consecuencia. Debemos cuidarnos de no ser engañados. “Para que Satanás no se aproveche de nosotros”.
El diablo toma ventaja sobre nosotros, el diablo no le interesa llevar gente al infierno pues él sabe que va sufrir ahí. El quiere dañar el corazón de Dios, dañándote a ti y además daña el plan de Dios para tu vida y frena que el Nombre de Jesús sea conocido. Si él puede engañarte lo suficiente para que toda tu atención este en tu vida y tus problemas entonces nunca podrás extenderte.
Él pone en tu corazón las ofensas. Todos tenemos razones alguna vez para ofenderte y nunca faltan los “cizañeros” que hacen crecer tu ofensa. La Biblia dice que la ofensa es una raíz de amargura que termina destruyendo. La amargura y la falta de perdón son un cáncer a los huesos, destruyen tu salud y por ende tu vida. Muchas veces los resentimientos causan condiciones físicas.
El perdón debe estar en nosotros siempre, a veces es difícil renovar nuestra confianza cuando la actitud de la persona no cambia, pero eso no nos exenta de no perdonar. Dios nos perdona y no vive ofendido, el nos ama y la actitud que quiere de nosotros es que andemos en ese amor.
La ofensa es un engaño del diablo. La persona pone su mirada en sí misma y se pone de víctima y de juez.
La palabra “maquinaciones” (Artimañas) describe a una mente que sea esquemática, calculadora, desviada, astuta y sutil. El diablo es asertivo, está dirigido a algo y es sacarte de tu comunión con Dios y de Su camino. El camino de Dios es andar en la luz de la Palabra y es andar en amor que es esperar lo mejor de todos.
Lo que tenemos que hacer es acercarnos siempre a la Palabra de Dios. La luz es la vida de Dios que emana de Su Palabra, del entendimiento de lo que dice que somos, tenemos y podemos hacer. Andar en amor es una actitud de la voluntad. Yo voy a caminar de esa manera. Recordemos que Dios ama a la persona que nos ofendió y por quien envió a Jesús a la cruz, es por eso que no podemos tener nada en contra del objeto del amor de Dios.
Jesús tuvo motivos para ofenderse. Los discípulos fueron testigos de todo el poderoso ministerio de Jesús y lo amaban, el día que lo tomaron preso, todos ellos huyeron. Sin embargo Jesús en Juan 17 oro por ellos como si nunca fueran capaces de hacerlo, aun así nunca salieron a defenderlo, Pedro lo negó 3 veces. Jesús pudo ofenderse con los discípulos, con quienes lo crucificaron, con Pedro, pero no lo hizo. El dijo “Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Cuando Jesús resucito y jalo a Pedro a un lado no lo recriminó le dio un encargo “Cuida mis ovejas”. Jesús no lo estaba haciendo sentir mal sino restaurándolo y atrayéndolo al ministerio que él tenía que hacer.
¿De dónde vienen las ofensas? Es una trampa del diablo. La ofensa es el mayor daño que se produce en un corazón. Porque la Biblia dice que “la fe opera por el amor” y cuando hay ofensa no hay amor, entonces la persona no puede fluir en su fe, porque la fe opera por el amor.
La ofensa mata y destruye pero es decisión nuestra el aceptar o no aceptar la ofensa. Jesús dijo que nosotros hemos sido llamados a amar a nuestros enemigos, bendecirlos (hablar bien de ellos)  y cuando alguien te habla mal de alguien o se queja por lo que “ha sido dañado” no lo debes aceptar porque esa persona está haciendo lo contrario a lo que Jesús dijo: “ama a tu enemigos”.
La palabra amor viene de la raíz de Honrar, tú no puedes amar a una persona y deshonrarla. Si tú amas, tú vas a dar honor. El verdadero amor pone a la persona en un lugar especial, lo vas a honrar sobre todo. Cualquier cosa que hagas de manera egoísta va a terminar dañando a quien tú debes honrar.
El amor es entrega absoluta y mira más allá de las emociones. Es muy fácil amar a tus amigos, pero Jesús dijo “ama a tus enemigos”. Si yo amo a mi enemigo voy a hablar bien de Él.
Si tú estas consciente del pecado de alguien no estás consciente de la cruz y debes estar consciente de la cruz y por ende amarlo, bendecirlo, hablar bien de él, hacerle el bien y orar por él.
Dios lo ama tanto como te ama a ti. Dios quiere el bien de esa persona entonces ¿Qué es lo que tú debes querer? Tú te debes poner de acuerdo de Dios y no con el diablo hablando mal de esa persona. Nuestra oración por esa persona es que se levante la Palabra, que cumplan la voluntad de Dios en sus vidas y que el bien de sus corazones crezca. Cuando les vaya bien debemos alegrarnos y darle gracias a Dios.
Las maquinaciones del diablo tratan de separarnos y destruirnos. Si tenemos enemistad y competencias no podremos seguir lo que Dios quiere para nosotros. Debemos tener la plena seguridad que está Dios a favor nuestro y que su Palabra ha sido diseñada para fructificar nuestras vidas y que toda obra de nuestras manos va ser bendecida.
No dejes que las cosas que ocurren estropeen tu vida y tu corazón. Amar, bendecir, hacerles el bien y orar es la manera en que cuidamos nuestro corazón contra las artimañas del diablo que tratan de desunirnos y de traer situaciones destructivas a nuestras vidas.

Lucas 9:1  Reuniendo a sus doce discípulos,  les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades.
Lucas  10:19  Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo,  y nada os dañará.

Así como tienes autoridad contra toda enfermedad, demonios, etc, también tienes autoridad contra todo aquello que está separando el cuerpo de Cristo.
El diablo siempre va buscar como puede desviarte de tu destino, como sacarte del plan de Dios. Pero hay gente que se deja mover fácilmente del plan de Dios por las ofensas y adonde se va se lleva sus problemas, ofensas y limitaciones.
La gracia de Dios puede estar extendida hacia esas personas pero esa gracia necesita que creas y actúas en base a lo que crees de la Palabra sino es estorbada por el pecado de la ofensa.
El diablo es tu enemigo, tómalo en serio y párate firme en la Palabra, resiste en el día malo y cuando acabe todo, mantente firme.
Tienes un enemigo pero ese enemigo esta derrotado, Cristo lo venció y esa autoridad te pertenece a ti, pero tienes que usar esa autoridad y permanecer en ella.
Tenemos un enemigo pero tenemos la victoria. Esa victoria es nuestra seguridad.